jueves, 4 de abril de 2013

Israel Pacheco, el próximo aliado de Enrique Agüera

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Más que sumar a Enrique Doger a su campaña en busca de la presidencia municipal de Puebla, el verdadero objetivo de Enrique Agüera y sus operadores es echarse a la bolsa al secretario general del Sindicato de Trabajadores del Ayuntamiento de Puebla, Israel Pacheco.

Y es que, en términos fríos de rentabilidad electoral y de enfrentar un escenario manejable con la base laboral en caso de ganar la elección, el apoyo de Pacheco y su grupo es mucho más importante que el de su “tocayo”.

Por eso, en las últimas semanas se han intensificado los acercamientos, las negociaciones y la búsqueda de acuerdos con el líder sindical, operación de la que ha sido relegado uno de los incondicionales de Pacheco, el dogerista Nacho Mier.

Es evidente que Pacheco busca también ya moverse por su lado en la política.

Apelando nuevamente a criterios de rentabilidad, entiende que los tiempos han cambiado y que ahora necesita aliarse con quien podría coexistir por más de 4 años 8 meses y que desde la presidencia municipal de la capital se convertiría en una de las cartas naturales del PRI para buscar el gobierno del estado en el 2018.

Pragmatismo puro.

Por el lado de Doger es claro que seguirá por la misma línea.

En su discurso ha prometido lealtad y cumplimiento de acuerdos con el partido, pero nunca con el proyecto político de Agüera.

El hoy precandidato entiende también que no va a contar para nada con su apoyo.

Las diferencias entre ambos son abismales, los agravios permanecen intactos y de ninguna de las dos partes existe  la  menos intención de cambiar esta realidad.

Tal vez Agüera no quiere verse tampoco en el espejo de López Zavala.

El marinista intentó por todos los medios sumar auténticamente a Doger a su campaña y nunca lo logró.

Fue una auténtica vacilada el nombramiento del ex presidente municipal como “coordinador metropolitano del voto” de quien siempre apostó y operó por la derrota priista en el proceso local del 2010 y sin duda fue uno de los que más festejó el resultado de esa contienda.

Lo mismo pasará si Agüera pierde la elección.

Sin romper abiertamente con el tricolor, una derrota en el proceso de julio colocaría a Doger como uno de los liderazgos del partido que podría encabezar un proceso de renovación total, tanto de prácticas como de nombres.

Además, como en el caso de Blanca Alcalá, ese escenario eliminaría a un potencial contrincante y facilitaría sus posibilidades de competir en el proceso para elegir al candidato del PRI a la gubernatura.

En este contexto, es entendible que a Doger le convenga más una derrota de su partido que una recuperación del gobierno de la ciudad y que en la práctica política real actúe en consecuencia, convirtiéndose así en un aliado de facto del gobernador Moreno Valle y de su candidato Gali Fayad.


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