viernes, 12 de abril de 2013


La Rueda de la Fortuna en el CENHCH

Hace poco tiempo el gobierno del estado se vio envuelto en una polémica, por la adquisición de una Rueda de la Fortuna millonaria, similar al “London Eye” de Inglaterra –tanto en tamaño, como en precio.

El centro de la polémica lo constituían dos temas: Primero, que la noticia fue dada a conocer por un medio de comunicación nacional, es decir, los ciudadanos se enteraron por la prensa, y no por las autoridades. Segundo, el alto costo de la Rueda, que contrastaba con las grandes carencias que tiene Puebla.

En aquél momento, algunos (pocos) nos inconformamos por algo que considerábamos un capricho más del gobernador (al igual que su teleférico, su metrobús, y su “Desfile de las Rosas versión 5 de Mayo…”), pero lo más indignante de todo era que, el gobierno pretendiera gastar $200 mdp en una Rueda de la Fortuna, cuando se tienen más de 700 mil pobres ¡tan solo en Puebla Capital! Era (es) una infamia.

Afortunadamente la presión mediática y el rechazo colectivo, hicieron que la adquisión de la Rueda se suspendiera (al menos eso parecía). ¿Qué pasó después? Nada; que el gobierno del estado ocultó el tema, dejó que se enfriara y se negó a proporcionar todo tipo de información a los medios de comunicación, y actores sociales interesados en el tema.

Hoy el tema ha resurgido, y tal y como ocurrió la primera vez, ahora también fue de manera sorpresiva, sin información (mucho menos consenso) y sin explicaciones de por medio.


Resulta que desde un par de días, comenzó a correr la versión de que el gobierno del estado instalaría la Rueda de la Fortuna, en un área perteneciente al Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec (CENHCH), lo cual generó la molestia de alumnos, maestros, padres de familia, y una gran lista de ex alumnos que profesan un gran cariño a dicha institución.


Dejemos por un momento (solo por un momento) la cuestión del dinero (que es la más grave), es decir, imaginemos que la Rueda no se compraría con recursos públicos, sino con inversión privada (como de hecho tendría que ser, y como se hizo en Londres y en Japón, pero en fin), ¿cuál es entonces la molestia de los inconformes? ¿por qué se oponen? Veamos.


De entrada cabe recordar que el CENHCH es una de las instituciones más emblemáticas de nuestra entidad. Tiene historia, identidad, proyección y tradición. Es una escuela querida y respetada por muchos poblanos, luego entonces, el hecho de que el gobernador ordene utilizar una parte de esta escuela, para la instalación de suRuedota, sin el consentimiento de la comunidad estudiantil, es tanto comoagredir la susceptibilidad de quienes tienen un vínculo con dicha institución. El mensaje del gobernador parece ser: “No me importa lo que sea el CENHCH, quiero su espacio para instalar mi Rueda…”


La molestia entonces no carece de sustento. ¿Por qué quitarle al CENHCH parte de su espacio? ¿Por qué no en otro lugar? ¿Por qué hacerlo de esa manera: sin consultar, sin avisar, sin invitarlos al proyecto..? Estas son algunas preguntas que se hacen los afectados.
No es la primera vez que el gobernador muestra desinterés por las raigambres de Puebla. Basta con recordar las modificaciones hechas al Desfile del 5 de Mayo, hoy más al estilo gringo que a la tradición poblana. ¿Y qué decir del último 15 de Septiembre?, en el cual, movió todo el aparato del estado para tener SU propia fiesta en Los Fuertes de Loreto (sic), y no en la Plaza de Armas de la Ciudad como dicta la tradición.


No creo que sea buena idea meterse con el Patrimonio de la Ciudad -tantoedificado, como intangible- Puebla es más que avenidas, edificios, y puentes. Puebla es tradición y orgullo. Las casonas del Centro Histórico no son muros viejos que se pueden derribar por un teleférico moderno. El CENHCH no es una escuela grandota donde se pueda poner una Rueda de la Fortuna. En torno a ambos hay mucho más que simple infraestructura. Y como lo dije en otra ocasión, la vida es una Rueda de la Fortuna, en la cual, cuando se está arriba, muchos se marean y abusan de su poder, pero cuando se está abajo, se sufren las consecuencias. Al tiempo…



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