lunes, 25 de febrero de 2013


Acuerdan comunidades evangélicas apoyar a Agüera en el proceso electoral


Durante la semana pasada, los líderes de las principales comunidades evangélicas de Puebla analizaron a los aspirantes a ser candidatos a la alcaldía de la capital del estado desde la perspectiva de su tolerancia religiosa, sus antecedentes políticos y su visión social. Luego de largas deliberaciones llegaron al consenso de que en este proceso electoral apoyarán al rector de la Universidad Autónoma de Puebla, Enrique Agüera Ibáñez, ya que fue el único que, en esa valoración, salió bien librado en los tres rubros que se estudiaron.
¿Cuál es la relevancia del apoyo de las comunidades evangélicas? Que en la última década no se han equivocado, siempre han apoyado al candidato ganador. Lo mismo respaldaron a Enrique Doger, que a Blanca Alcalá o Eduardo Rivera. En 2010, en el estado le dieron 100 mil votos al entonces candidato de la Coalición Compromiso por Puebla, Rafael Moreno Valle Rosas; y el año pasado, fueron un factor decisivo para que Andrés Manuel López Obrador triunfara en la capital del estado la elección presidencial.
Los miembros de iglesias cristianas han sido uno de los sectores del electorado poblano más crítico, más activo y el que ha dado el mayor número de votos a los partidos y candidatos. Pero al mismo tiempo, han sufrido olvido, actos de corrupción y abusos por parte políticos del PRI o del PAN.
La reflexión que hicieron de los aspirantes inició en una reunión que se hizo en la casa del pastor Enrique Borja Galindo, quien es el líder moral de las comunidades cristianas de Puebla. En los encuentros que sucedieron estuvieron varios dirigentes que representan a la mayoría de las 38 iglesias históricas de Puebla, las 106 carismáticas y 98 pentecostales, así como las brasileñas y mormonas.
Durante las conversaciones los tres aspirantes que fueron descalificados de inmediato fueron los priistas Enrique Doger Guerrero y José Chedraui Budib, así como el panista Franco Rodríguez.
En el caso de Doger no hay confianza de los evangélicos hacia su persona, ya que hace ocho años los cristianos se movilizaron a su favor y le aportaron más de 30 mil votos. Una vez que llegó al cargo nunca cumplió lo ofrecido a este sector de la sociedad. Se había comprometido que habría un secretario en su gobierno que sería cristiano, que se nombraría a un funcionario para fuera un enlace permanente con las iglesias no católicas y que se daría trabajo en el ayuntamiento para miembros de las comunidades evangélicas. Nada de eso sucedió.
La visión que ahora se tiene de Doger es que es un político incumplido y que solamente cuida su relación con el clero católico.
En los casos de Chedraui y Rodríguez se hizo la misma valoración, ambos son cercanos a la jerarquía católica –que los lleva a no saber convivir con otros cultos– y son parte de el Yunque, una organización de ultra–derecha.
Al final la discusión se centró si el apoyo tenía que ser hacia Antonio Gali Fayad, el actual secretario de Infraestructura del gobierno del estado, o hacia Enrique Agüera Ibáñez, el rector de la UAP.
El mejor valorado de ambos fue Enrique Agüera Ibáñez, a quien se le calificó como un libre pensador, un hombre liberal, preocupado por el tema educativo y que aunque formó parte del comité que construye un importante templo católico, se ha destacado por ser alguien que no muestra actitudes de intolerancia religiosa o política, ya que siempre ha buscado convivir con todos diversos sectores de la sociedad poblana.
Hasta ahora los líderes de las comunidades evangélicas no han tenido contacto con Agüera. Sin embargo a lo largo de su rectorado –valoraron– nunca se sufrió de su parte algún abuso o se le percibió en una actitud que agraviara los principios morales de este sector social.
Quien tuvo la peor calificaciónn, de todos los aspirantes analizados, fue Antonio Gali Fayad, por dos razones:
1. Porque en 2010 las comunidades evangélicas firmaron un acuerdo con el entonces candidato opositor el gobierno de Puebla, Rafael Moreno Valle Rosas, el cual fue atestiguado –a nombre de los grupos cristianos– por la senadora panista Judith Díaz. Al final nada de lo que se plasmó se cumplió.
Por el contrario, en los dos últimos años las comunidades evangélicas que respaldaron electoralmente a Moreno Valle han sido sistemáticamente ignoradas por el Poder Ejecutivo. Y en cambio, algunos grupos minoritarios, han sido atendidos en la Secretaría General de Gobierno por instancias del subsecretario Miguel Ángel de la Rosa.
Y se considera que uno de los actores que han contribuido a esa actitud de olvido es Antonio Gali Fayad.
2. Mientras algunos aspirantes fueron descalificados por ser muy cercanos al clero católico y eso los hace ser discriminatorios de aquellos ciudadanos que son de otro culto, en el caso de Antonio Gali se observó la misma conducta, solamente que diferente.
Gali es un hombre de mucha cercanía al obispo de la Iglesia Maronita, George Saad Abiyunes, y eso lo hace ser intolerante hacia otras expresiones religiosas.

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